que son los trastornos bipolares AREA

¿Qué son los Trastornos Bipolares y cómo se tratan?

En este post nos referiremos a los trastornos bipolares. Estas enfermedades, que forman parte del grupo de los trastornos afectivos, afectan el estado de ánimo de las personas que la padecen, generando una disfunción de la regulación de las fluctuaciones normales de la energía, el ánimo, sueño y humor que provoca episodios de manía y depresión.

Dado el interés y la atención que el tema despierta, el objetivo es brindar información precisa, en forma clara y completa para aquellas personas que han sido diagnosticadas con la enfermedad, como para aquellas que tienen un familiar o conocido y quieran obtener más información sobre los síntomas, las causas y su tratamiento.

Estos trastornos afectan al 2,4% de la población mundial y se los categoriza como una de las enfermedades mentales más frecuentes, serias y complejas.

Su denominación ha ido cambiando con el paso del tiempo.  

Los primeros escritos hallados en los que se describe la relación entre la melancolía y la manía como un concepto unificado y con un origen común datan del siglo I en la antigua Alejandría.

En aquel entonces se creía que las causas de la locura y la depresión eran ciertos fluidos corporales llamados “bilis”. A mediados del siglo XIX en la Academia de Medicina del Imperio Francés surge la primera conceptualización psiquiátrica, como una enfermedad mental que alterna intervalos de manía y depresión. Pero fue a partir de 1958 que empieza a ser conocida como enfermedad maníaco-depresiva.  

La denominación trastornos bipolares es el nombre que la comunidad médica y los usuarios han adoptado en la actualidad para referirse a estas enfermedades

Hoy en día se ha avanzado mucho en su conocimiento. No sólo a nivel científico sino también de la población en general. Recientemente, la Sociedad Internacional de Trastorno Bipolar (ISBD) ha declarado al 30 de marzo como el Día Mundial del Trastorno Bipolar, en conmemoración del nacimiento del pintor holandés Vincent Van Gogh, de quien se cree que padecía la enfermedad.

Este día se estableció para generar conciencia y visibilidad sobre los trastornos bipolares y el impacto que generan en la vida de quienes lo padecen y sus familias.

Además, intenta generar conciencia sobre el estigma que padecen las personas afectadas ya que el concepto negativo que provocan en la sociedad las enfermedades mentales en general y estos trastornos en particular, sigue siendo una de las principales barreras para controlar estas enfermedades.

Según datos de la ISBD, en la actualidad 60 millones de personas alrededor del mundo padecen trastornos bipolares. Estos trastornos psiquiátricos se encuentran dentro de las primeras 10 causas de discapacidad laboral a nivel mundial dada la discapacidad laboral que suelen producir.

Lo más habitual es que estos trastornos comiencen a manifestarse alrededor de los 20 años, sin embargo, pueden presentarse a lo largo de toda la vida, incluso en niños muy pequeños o en personas que ya han entrado en la tercera edad. Su frecuencia es similar entre hombres y mujeres y la frecuencia con que se presentan es similar en todo el mundo sin que se registren diferencias por diferencias sociales o económicas.

Los Trastornos Bipolares son consideradas enfermedades crónicas, esto quiere decir que al igual que la hipertensión arterial, la diabetes o la psoriasis, tienden a ser enfermedades que permanecen a lo largo de la vida presentando recurrencias que de no ser controladas generan graves consecuencias físicas y sociolaborales.

¿Qué son los trastornos bipolares y cuáles son sus características?

Los trastornos bipolares son enfermedades que afectan el estado de ánimo de las personas debido a una alteración en la regulación de las fluctuaciones normales de la energía, el ánimo, sueño y humor que provoca episodios de manía, hipomanía, depresión y episodios con características mixtas.

Los episodios maníacos se caracterizan básicamente por un aumento en la energía disponible, tanto a nivel físico como mental.

Durante los episodios maníacos o hipomaníacos se experimentan un conjunto de síntomas entre los que se pueden encontrar un humor anormalmente elevado o eufórico, irritabilidad, disminución de la necesidad de dormir, aumento de la energía y actividad, confianza excesiva en uno mismo o ideas de grandiosidad, sensación de que el pensamiento está acelerado, verborragia, aumento de la sociabilidad y dificultades para concentrarse o prestar atención.

Además, frecuentemente se experimentan síntomas psicóticos como alucinaciones y delirios.

Los episodios maníacos suelen generar un enorme impacto en la conducta de las personas afectadas. Los episodios hipomaníacos comparten los mismos síntomas, aunque con menor intensidad e impacto en el funcionamiento de la persona afectada.

Los episodios depresivos se caracterizan por tristeza o sensación de vacío, disminución de la capacidad para experimentar placer, fatiga o falta de energía, enlentecimiento psicomotor, baja autoestima, alteraciones en el sueño y el apetito que pueden ser en más o en menos, dificultades para concentrarse y pensamientos pesimistas como ideas de culpa, desesperanza o incluso ideas de muerte o suicidio.

Al igual que en el episodio maníaco pueden presentarse síntomas psicóticos.

En los episodios con características mixtas se presentan los síntomas de hipo/manía o depresión conjuntamente con síntomas del polo opuesto.

Es decir, que las personas que sufren estos trastornos alternan entre episodios hipo/maniacos, depresivos o con características mixtas y períodos de estado de ánimo normal a los que se denomina eutimia.

Estos episodios afectan la capacidad de las personas para desempeñarse en diferentes ámbitos, como en su casa, su trabajo o estudios.  

Sin embargo, hay que resaltar que entre los episodios suelen presentarse síntomas de manía y depresión que, si bien por ser aislados y menos intensos no alcanzan nivel para definir alguno de estos episodios, también impactan negativamente en la capacidad funcional de las personas.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de estado de ánimo?

Denominamos “ánimo” al estado interno que nos incita a iniciar actividades o explorar nuevos desafíos. Podemos decir que el estado de ánimo es un “motor” o una “energía interna” que nos impulsa hacia la consecución de metas, más allá de la simple satisfacción de las necesidades básicas.

A diferencia de las emociones (por ejemplo, miedo, alegría o sorpresa), que son más específicas, más intensas y menos duraderas, el estado de ánimo se trata de estados que pueden durar días o semanas. Normalmente el estado de ánimo fluctúa siguiendo las necesidades y condiciones del medio.

Cuando las condiciones son favorables normalmente el ánimo sube y por el contrario baja cuando las mismas no lo son. Estas fluctuaciones en el ánimo llegan a extremos en algunos animales que viven en climas con inviernos extremos como los osos. Durante esos períodos, en los que prácticamente no hay alimentos disponibles, el estado de ánimo baja al punto de acompañar un estado de sueño permanente que llamamos hibernación

Estado de Ánimo AREA

En las personas afectados por trastornos bipolares las variaciones en el estado anímico se manifiestan de forma extrema y recurrente y sin que las mismas se ajusten adecuadamente las necesidades de la persona, lo que le causa problemas concretos para llevar a cabo normalmente los desafíos laborales y sociales. Pueden disponer de mucho ánimo en momentos que es mejor mantenerse quieto y demasiado poco cuando en cambio sería necesario contar con un estado de ánimo elevado.

Lo cierto, es que las personas afectadas por trastornos bipolares viven en una especie de montaña rusa anímica y emocional, teniendo que lidiar con la vida y tomar decisiones sumidos en ese vértigo e inestabilidad.

¡Imaginen tener que planear cualquier evento de su vida, bueno o malo, simple o complejo, sin saber si llegado el momento el ánimo, la energía y el humor acompañarán adecuadamente ese desafío o por el contrario se convertirán en un impedimento mayor para afrontarlo!

¿Cuáles son los síntomas del trastorno bipolar?

A continuación, se describen los principales síntomas o señales que se manifiestan en la enfermedad.

Durante los episodios depresivos las personas pueden presentar los siguientes síntomas:

  • Pérdida de la autoestima.
  • Desánimo continuo.
  • Sentimientos de tristeza o desesperanza
  • Sentimientos de culpabilidad excesivos o inapropiados.
  • Fatiga, cansancio o aburrimiento
  • Somnolencia persistente.
  • Insomnio.
  • Disminución o ausencia de la respuesta emocional. Sentirse paralizado emocionalmente.
  • Pérdida de satisfacción frente a las actividades normalmente placenteras.
  • Problemas de concentración, fácil distracción por sucesos menores o sin trascendencia.
  • Disminución del deseo sexual
  • Dificultad para tomar decisiones y confusión general.
  • Pérdida del apetito, pérdida involuntaria de peso.
  • Pensamientos sobre el suicidio, planificación de suicidio o intentos de suicidio.

Se debe recordar que estos síntomas deben presentarse a lo largo de días o semanas y que lo habitual es que no se presenten todos.

En la fase maníaca se pueden presentar los siguientes síntomas:

  • Estado de ánimo y energía aumentados
  • Irritabilidad y pérdida del control de impulsos.
  • Curso acelerado del pensamiento.
  • Menor necesidad de dormir.
  • Agitación.
  • Hablar más de lo usual o tener la necesidad de hablar sin parar.
  • Inquietud excesiva.
  • Aumento involuntario del peso.
  • Aumento en la actividad social y/o sexual.
  • Tendencia a obtener satisfacción inmediata
  • Conductas de desinhibición o de falta de control sobre consumo de alcohol y otras drogas).
  • Sensación de grandeza o pensamientos místicos, creencias falsas en habilidades especiales.
  • Sensación de sincronía, de coherencia entre los acontecimientos.
  • Incremento de la sensibilidad frente a los estímulos.
  • Paranoia y hostilidad.
  • Ideas delirantes y alucinaciones.

Se debe recordar que estos síntomas deben presentarse a lo largo de días o semanas y que lo habitual es que no se presenten todos.

En la fase hipomaníaca, los síntomas son similares a los de la manía, aunque se dan en menor grado. Se pueden presentar los siguientes síntomas:

  • Aumento de la autoestima
  • Embarcarse en demasiadas cosas al mismo tiempo
  • Optimismo exagerado / falta de autocrítica
  • Aumento de la sociabilidad / locuacidad (estar charlatan)
  • Aumento del deseo / actividad sexual
  • Gastos excesivos
  • Dormir menos de los habitual
  • Cambios bruscos en el humor
  • Mayor creatividad / mayor emotividad

Se debe recordar que estos síntomas deben presentarse a lo largo de días o semanas y que lo habitual es que no se presenten todos.

En las fases mixtas se pueden presentar los siguientes síntomas:

  • Mal humor, disforia
  • Aceleración del pensamiento
  • Inquietud, ansiedad
  • Irritabilidad, hostilidad
  • Falta de ilusión
  • Labilidad emocional, cambios en el humor
  • Insomnio
  • Comportamientos compulsivos y descontrolados
  • Necesidad compulsiva de satisfacción secual
  • Pensamientos y o impulsos suicidas o auto agresivos
  • Ideas delirantes y alucinaciones

Se debe recordar que estos síntomas deben presentarse a lo largo de días o semanas y que lo habitual es que no se presenten todos.

¿Cuáles son los tipos de trastorno bipolar?

Por el momento, los trastornos bipolares se encuentran clasificado en 3 subtipos en función del tipo de episodios que presentan los pacientes: tipo I, tipo II y trastorno del espectro bipolar o no especificado.

Trastorno bipolar tipo I

Es el más clásico. Se da en aquellos individuos que han experimentado al menos un episodio maníaco o fase de manía, frecuentemente asociado  a uno o más episodios depresivos. Más allá de esto, aún en los trastornos bipolares tipo I, en promedio, la depresión sigue siendo más frecuente que la manía calculándose que los afectados pasaran 9 días en depresión por cada día que hayan pasado en manía.

Trastorno bipolar tipo II

Este tipo se encuentra caracterizado por presentar episodios depresivos y episodios hipomaníacos pero no maníacos. Los episodios hipomaníacos tienden a tener más aspectos positivos que los maníacos, tener menos efectos negativos, y pueden pasar desapercibidos tanto para pacientes como para familiares, dificultando el diagnóstico. Se calcula que, en promedio, las personas afectadas por Trastornos bipolares tipo II van a pasar 30 días en depresión por cada día que hayan pasado en hipomanía.

Trastornos del espectro bipolar o Trastornos Bipolares NOS:

Esta clasificación se emplea cuando no es posible determinar un diagnóstico de trastorno bipolar I o II debido a que no se ha podido identificar con certeza episodios de manía o hipomanía. El problema es que los episodios de depresión recurrente pueden presentar muchos años antes de presentarse los primeros episodios de manía o hipomanía. En estos casos se diagnostica trastornos bipolares en personas que si bien sufren básicamente de depresión presentan algunas características que señalan que esa persona sufre de trastornos bipolar. Estas características son:

  • Antecedentes heredo familiares de enfermedad afectiva
  • Inicio de la depresión antes de los 25 años
  • Inicio de la depresión puerperal/posparto
  • Mala respuesta o agotamiento de la respuesta a fármacos antidepresivos

¿Cuáles son las causas del trastorno bipolar?

Los trastornos bipolares son considerados enfermedades genéticas, es decir que se heredan a través de la información genética recibida de los familiares.

Se trata de una enfermedad genética “no mendeliana”, es decir que está determinada por un conjunto de genes que pueden o no expresarse y de hecho pueden saltar una o más generaciones sin evidenciarse.

Es el tipo de herencia genética que predispone a padecer otras enfermedades muy frecuentes como la hipertensión arterial y la diabetes entre otras.

Es importante saber que estudios realizados en gemelos, mellizos y adoptados han permitido establecer que la herencia de los trastornos bipolares está determinada por los genes y no por efectos de la crianza.

La carga genética es la responsable de transmitir la información por medio de la cual el cerebro presenta una estructura y funcionamiento asociados a que los mecanismos del cerebro encargados de la regulación del ánimo se encuentren desestabilizados.

Sin embargo, esta predisposición genética no produce la enfermedad por si sola, solo aumenta la predisposición a padecerla.

Del mismo modo que con el excesivo consumo de sal en la hipertensión o la obesidad la diabetes, son necesarios que algunos factores ambientales “disparen” la enfermedad.

Por eso, más allá de la predisposición genética, el desencadenante de un primer episodio de depresión bipolar o de manía o hipomanía puede ser un evento o acontecimiento altamente estresante que requiera la adaptación a una nueva situación y genere una dificultad psicológica.

Ejemplo de estas situaciones pueden ser la muerte de un familiar o ser querido, dificultades laborales serias, exigencias académicas o incluso un nacimiento dando lugar a una depresión postparto.

Tratamientos para los trastornos bipolares

Los trastornos bipolares son enfermedades crónicas y que, por lo tanto, persistirán durante toda la vida de quienes la padecen.

Hasta el momento, a pesar de los avances científicos y de investigación no se ha encontrado una cura definitiva para los mismos. Por esto, al igual que en otras patologías como la diabetes, la hipertensión o el Parkinson, con el tratamiento se busca mantener bajo control la enfermedad y devolver el funcionamiento y la calidad de vida de las personas que han sido diagnosticadas.

Hay tres pilares sobre los que se basan los tratamientos actuales: la farmacología, la psicoeducación y las psicoterapias.

En la utilización de medicamentos complementados con dispositivos psicológicos y de información se busca el control de la enfermedad a largo plazo, evitar la manifestación de los síntomas, como así también reducir la frecuencia de la aparición de la manía o de la depresión.

En la actualidad se cuenta con una amplia variedad de tratamiento farmacológicos para el tratamiento de los trastornos bipolares. Los fármacos que son la base del tratamiento de los trastornos bipolares se denominan “Estabilizadores del estado de ánimo”. Dentro de estos fármacos el que cuenta con mayor evidencia de efectividad es el Litio, el cual se considera el estándar de oro del tratamiento de estos trastornos.

Fármacos Estabilizadores del Ánimo:

  • Litio
  • Lamotrigina
  • Quetiapina
  • Valproato sodio
  • Carbamacepina
  • Aripriprazol
  • Olanzapina
  • Ziprazidona
  • Otros

Fármacos utilizados en la Depresión Bipolar

  • Litio
  • Lamotrigina
  • Quetiapina
  • Lurasidona
  • Pramipexol
  • Modafinilo
  • Hormona tiroidea

El otro elemento básico del tratamiento de los trastornos bipolares es la psicoeducación. Por las características del trastorno (crónico y cíclico) es fundamental que los pacientes y sus familiares tengan información y pleno conocimiento sobre la enfermedad misma: causas, síntomas, evolución y pronóstico.

Así como también que adquieran habilidades de índole cognitivas, emocionales y conductuales que faciliten la adhesión y mantenimiento del tratamiento a lo largo del tiempo. Esto requiere de un verdadero entrenamiento que se provee a las personas afectadas y sus familiares a través de dispositivos denominados psicoeducativos.

En cuanto a la implementación de psicoterapias, en conjunto con el tratamiento farmacológico y de psicoeducación, existen tres tipos que han demostrado que son útiles en los trastornos bipolares: la psicoterapia cognitivo conductual, la terapia interpersonal y la terapia familiar. En los últimos años nuevas modalidades como el mindfulness o la activación conductual están siendo cada vez más utilizados.

Con la intervención de terapeutas profesionales, bien entrenados en el manejo y tratamiento de la enfermedad, el paciente y sus familiares o allegados obtienen el soporte y apoyo emocional necesario.

Se los ayuda a convivir con aspectos como el estigma y prejuicios que las enfermedades mentales tienen, llevar adelante el estrés y manejar las relaciones interpersonales.

A pesar de no existir en el presente una cura para la enfermedad, el pronóstico de estos trastornos psiquiátricos es bueno. Se calcula que un porcentaje significativo de las personas afectadas logrará, con el diagnóstico y tratamiento correcto, un control de la enfermedad que le permitirá desarrollar plenamente sus potencialidades.

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